No es ningún descubrimiento, ha sido así siempre, pero dependiendo del enfoque podemos hallar la solución o hundirnos más en el problema. Es la gran diferencia entre el «Marco de culpa» y el «Marco de resultados».
Piensa en algo que te preocupa en la actualidad y hazte las siguientes preguntas:
— ¿Qué le ocurre a mi negocio?
— ¿Por qué tengo este problema?
— ¿Desde hace cuanto tiempo tengo este problema?
— ¿Cómo me limita este problema?
— ¿Qué cosas me impide hacer este problema, que me gustaría hacer?
— ¿De quien es la culpa de que yo tenga este problema?
Si analizas estas preguntas verás que te son familiares, las llamamos «marco de culpa» y es el sistema que utilizan la mayor parte de las personas para resolver una dificultad. Son preguntas orientadas al problema y, como consecuencia, limitan la posibilidad de encontrar elecciones y proporcionan una lista infinita de excusas y justificaciones.
Si quieres saber más: No abras tu mente a la basura
Mira este otro enfoque: Vuelve a pensar en el problema de antes y hazte las siguientes preguntas:
— ¿Qué quiero de mi negocio?
— ¿Cuándo lo quiero?
— ¿Cómo sabré que lo he conseguido?
— ¿Cuándo lo haya conseguido, qué otras cosas mejorarán en mi vida?
— ¿Qué recursos tengo disponibles para acercarme a lo que quiero?
— ¿Cómo puedo utilizar mejor estos recursos?
— ¿Qué puedo empezar a hacer ahora para hacer lo que quiero hacer?
¿Ves la diferencia emocional entre unas y otras? A estas segundas preguntas les llamamos «marco de resultados«.
Si quieres saber más: La línea
Vamos a analizarlas una por una, ¿te parece?
— ¿QUÉ QUIERO?
Haciéndote esta pregunta centras tu pensamiento hacia dónde quieres ir. Si te preguntas «¿que está mal?» te centras en lo que NO quieres, no en lo que deseas conseguir. Si te pierdes en una ciudad desconocida, será mejor que sepas a dónde quieres ir, no en dónde no quieres estar. Poniéndote una meta, por otra parte, siempre sabrás si te estas acercando o no y podrás corregir tu trayectoria.
— ¿CÓMO SABRÉ QUE LO HE CONSEGUIDO?
Deberás establecer la medición o cuantificación de tu objetivo, que te indique cuando habrás conseguido el resultado que buscas. Muchas veces ocurre que la gente tiene un objetivo pero es incapaz de saber cuando lo ha conseguido.
— ¿CUÁNDO LO QUIERO?
Uno de los mayores errores de la gente es pensar que lo que es válido en un momento de nuestra vida, es válido para siempre. Las circunstancias cambian y lo que es apropiado en determinados contextos, son inapropiados en otros.
— ¿CUÁNDO LO HAYA CONSEGUIDO, QUÉ OTRAS COSAS MEJORARÁN EN MI VIDA?
Nada ocurre de forma aislada. Cualquier cambio que introduzcas en tu vida profesional o empresarial tendrá irremediablemente consecuencias en otros aspectos de tu vida.
— ¿QUÉ RECURSOS TENGO DISPONIBLES PARA ACERCARME A LO QUE QUIERO?
Es el momento de movilizarte a ti mismo y convertir los resultados en realidad. Para ello necesitas poner en marcha todos los recursos de los que dispones (materiales, financieros, humanos, físicos, mentales, intelectuales, amistades…). Tambien es importante ser consciente de nuestras limitaciones, pero no centrarse en ellas sino en los recursos disponibles.
— ¿CÓMO PUEDO UTILIZAR MEJOR ESTOS RECURSOS?
El siguiente paso es saber cómo usar los recursos disponibles y cuando. Algunos tendrás que usarlos ya, otros más adelante. ¿Qué tal si te haces un plan?
— ¿QUÉ PUEDO EMPEZAR A HACER AHORA PARA HACER LO QUE QUIERO HACER?
La clave del éxito es empezar a hacer algo hoy. No esperes a mañana. Seguro que hoy hay algo que puedes empezar a hacer hoy mismo.
Espero que hayas visto la diferencia entre el marco de culpa y el marco de resultados. No son sólo unas preguntas, sino una forma de orientación que nos permita organizarnos mejor en la vida y nuestros negocios.
Antonio Calvo
Socio – Director General
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